Recortes: cuando el médico no llega a todo y acaba demandado

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Con los recortes en la sanidad la presión asistencial ha aumentado. Muchos médicos se están quejando de que la atención a los pacientes se está resintiendo con esta política además de que están aumentando las  reclamaciones porque los pacientes no entienden que no se les asista como antes. Al final, es el médico el que acaba dando la cara y no la Administración.

Como ya hemos comentado en entregas anteriores, son muchos los factores con los que los profesionales sanitarios deben de enfrentarse en su día a día, que pueden, a pesar de estar fuera de su esfera de control, llevar aparejada una reclamación por parte de pacientes o por los familiares de estos.

Una doctora de un centro de salud de una zona rural fue reclamada por un paciente acusándola de haber abandonado su centro de trabajo y haber retrasado su asistencia, la omisión del deber de socorro y un agravamiento de sus lesiones ante una emergencia.

Antecedentes
El demandante sufrió un accidente en un territorio rural donde su Centro de Salud cuenta con un único equipo, el cual se ve obligado a cubrir todo tipo de actuaciones, incluso urgencias domiciliarias o fuera del centro.

En el momento de producirse el accidente y realizarse el aviso pertinente, los profesionales sanitarios se encontraban regresando de otro aviso que se había recibido en el centro de salud.

A la llegada al centro de salud se encontraban otros pacientes: un menor en estado febril y un paciente con traumatismo moderado que necesitaba inmovilización del miembro superior del paciente, y que fue derivado a un hospital de Madrid.

Terminadas estas actuaciones y comprobar la existencia de la llamada pérdida por el alertante sobre un paciente accidentado se procedió a su contestación inmediata.

En primer lugar se llamó al 123 de servicio de mensajes de Telefónica, en el que solo se podía oír ruido, posteriormente se recibió una llamada del 112 en la que se avisaba del caso de un “inconsciente en la vía pública y que la UVI móvil está en camino”. En la gestión de esta emergencia se explicó al operario del 112 que el aviso por parte de los sanitarios del centro de salud estaba pendiente todavía por la atención dispensada a los otros pacientes. Del mismo modo se recibió el aviso por parte de la policía local. Finalmente se acudió al lugar de los hechos y se atendió al paciente hasta la llegada de la UVI móvil.

A pesar de que del relato de los hechos podamos creer que la dilación fue elevada lo cierto es que todos los hechos ocurrieron en un periodo no superior a 13 minutos desde que se tuvo conocimiento de los hechos hasta que llegó el equipo del centro de salud al lugar del aviso. La cronología de este caso fue la siguiente:

  • Llamada de alertante al 112 a las 20:20 horas
  • Activación de UVI móvil a las 20:22horas
  • Activación del centro de salud a las 20:23 horas
  • Llegada al lugar del aviso a las 20:35 horas

A pesar de la diligencia en la atención los médicos y el personal involucrado se vieron envueltos en un procedimiento administrativo que finalmente terminó de manera favorable para ellos.

La resolución concluyó que fue un tiempo de respuesta ágil a pesar de lo que se pueda creer o pensar por las quejas de los pacientes o su familiares, estando los familiares en todo momento atendidos por el servicio de salud y estando los profesionales implicados realizando actuaciones propias de su actividad sin que se pueda imputar a ninguno de ellos incumplimiento de sus obligaciones profesionales.

Por desgracia, en el día a día de la atención por los médicos, existen factores que no son controlables y que afectan en el trabajo diario como son los plazos de atención a clientes, traslados y otras variantes no imputables a los profesionales sanitarios como puede ser incluso la falta de cobertura de los terminales móviles.

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