Precauciones a la hora de tratar pacientes «heredados» de otros compañeros médicos

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En ocasiones recibimos nuevos pacientes que han sido tratados previamente por otros colegas de profesión. Por diversas razones el paciente ha decidido prescindir de los servicios del médico que lo trataba habitualmente y ahora se encuentra frente a nosotros. En estas situaciones –por las peculiaridades comunes a pacientes no satisfechos- es recomendable seguir una serie de recomendaciones para evitar que acabemos demandados por una insatisfacción «heredada» de tratamientos previos de otros doctores.

Es decir, el paciente decide reclamar al último profesional que le ha tratado, focalizando en él toda la responsabilidad y las actuaciones legales correspondientes. El origen del cambio de facultativo suele deberse a la pérdida de confianza, al fin de la relación laboral del médico original con la clínica donde venía siendo tratado el paciente, la disolución de la sociedad o clínica, entre otros.

El paciente cuando entiende, según su criterio, que las actuaciones no han sido correctamente realizadas o que no se han alcanzado los resultados esperados suele acusar de todos sus males al último médico que le ha realizado el seguimiento. A pesar de que esto es un error evidente, una vez que se ha iniciado el conflicto médico-paciente es difícil hacerle recordar al paciente cuál fue el motivo por el cual se comenzó a actuar en sus tratamientos y cómo existían actuaciones previas. Nuestras recomendaciones ante este tipo de pacientes son:

1) Elaboración completa de una buena anamnesis, donde se reflejara claramente el motivo por el cual el paciente acude a consulta y la causa por la que nosotros nos hacemos cargo del caso clínico.

2) Exploración completa del paciente donde se indique tanto las pruebas realizadas como, a ser posible, se registre fotográficamente el estado previo del paciente antes de realizar cualquier tipo de tratamiento, fechando este reportaje.

3) En el caso de que nuestra actuación se derive como consecuencia de la pérdida de confianza con otro profesional por el paciente. Nuestro consejo es ponerse en contacto con el anterior profesional al objeto de recabar toda la documentación e impresiones médicas sobre el paciente, así como solicitar al paciente la historia clínica del resto de centros donde haya podido seguir algún tipo de valoración o tratamiento. Las anotaciones de cuestiones subjetivas del paciente no formarán parte de la historia aunque deberían de apuntarse en documento aparte pues nos da información del paciente tratado.

4) A la hora de explicar el tratamiento que se vaya a realizar, hay que proceder a realizar una información completa del paciente que no solo deberá de ser verbal sino también escrita. Esto se deberá hacer en donde venga recogido el motivo por el cual es valorado este paciente por un nuevo profesional, donde conste la información verbal realizada y, lo más importante, donde se explicite que no se puede asegurar un resultado al paciente.

A nuestro juicio, si se realizan correctamente estas cuatro recomendaciones podríamos ver reducidas las reclamaciones dirigidas frente al último médico que trató al paciente aun cuando no hubieran incidido en el tratamiento primario en más del 50%-60%. Esto redundaría en evitar al médico los perjuicios derivados de un proceso judicial, que se traducen a la larga en un ahorro de tiempo, de dinero y, sobre todo, de tranquilidad.

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3 comentarios

Eduardo Barbudo

19 de diciembre de 2012 20:13

De todo esto ya venía hablando desde los 1970s, dentro del campo de la Salud Mental, la escuela milanesa de Terapia Familiar. Sus conclusiones, muy parecidas a las de este artículo, son extensibles a otras especialidades médicas y quirúrgicas. De hecho la escuela milanesa llega a realizar observaciones mucho más agudas e inquietantes que lo expuesto en este artículo: a muchos médicos les sorprenden las consecuencias de esos fenómenos, a los que practicamos dentro de la perspectiva sistémica nos resultan entretenidos retos que llamamos «contexto de derivación», «análisis del contexto» y «análisis de la demanda». Les recomiendo leer:

1. «Pescando Barracudas», de Joel S. Bergman (Editorial Paidós), sobre todo los capítulos 1 y 2.
2. «Al Frente de la Organización: estrategia y táctica». Mara Selvini y otros. Editorial Paidós.
3. «El problema de la persona que deriva a terapia», célebre artículo del grupo de Milán.
4. «Un Arpón Sistémico para juegos familiares», de G.Prata (Amorrortu). Capítulo 1.
5. «Aprender y Enseñar Terapia», de Jay Haley. Amorrortu. Varias observaciones a lo largo del libro.
6. Manual de Urgencias Psiquiátricas. Masson. Coordinado por el Dr. Chinchilla. Capítulos: 2 (la historia clínica en urgencias).

LexSanitaria

26 de diciembre de 2012 00:29

Gracias por un comentario tan ilustrado!

José

2 de julio de 2013 11:09

Existe otro supuesto que no se contempla en el artículo y que me ha sucedido varias veces: el paciente que está en una consulta privada y decide acudir a la pública para ahorrar gastos de medicamentos,pruebas, etc. Muchas veces no estamos de acuerdo con el diagnóstico o el tratamiento anterior pero por diferentes razones debemos mantenerlo; otras veces al cabo de un tiempo nos damos cuenta que el paciente sigue acudiendo simultáneamente y sin decirlo al anterior médico y solo sigue parcialmente nuestras prescripciones. Por ello yo aconsejo siempre que me traiga por escrito el alta de su médico anterior.

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