Solicitan 250.000 € de indemnización tras el recambio de una válvula mitral

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La acusación se basa en el fallo de una válvula mitral dos años y medio después de que fuera instalada. La paciente solicitaba una indemnización de casi 250.000 euros por lesiones, daños y gastos asociados, que se achacaban a una supuesta negligencia profesional por parte del doctor que la intervino. Lo que se tuvo que aclarar en el juicio era la ausencia de causalidad entre la intervención y el fallo de la válvula, para lo que se intentó demostrar por qué falló la válvula.

La paciente fue diagnosticada de valvulopatía mitral reumática con estenosis mitral severa e hipertensión pulmonar moderada, recomendándose una sustitución valvular mitral por una prótesis Edwards Lifesciences n° 27.

Al mes de ser intervenida comienzan a aparecer molestias torácicas, disnea y dolores persistentes en el pecho. Estas molestias llevaron a la paciente a consultar con el doctor que la intervino. Así mismo lo hizo saber a su doctor en Argelia, quien al realizarle un ecocardiograma le detectó un posible mismatch de la prótesis mitral, recomendando un reemplazo por una prótesis mecánica de diámetro superior.

Casi dos años y medio después acude de nuevo a la consulta del doctor, quien decide derivar a la actora a otro doctor. Este segundo doctor, tras realizarle una serie de pruebas de ecocardiograma doppler color y ecocardiograma transesofágico, concluye en su informe que existe una disfunción protésica cuya etiología le es desconocida, y aprecia una estenosis de la bioprótesis mitral de grado moderado-severo, y una insuficiencia cardiaca, aconsejando un recambio valvular protésico que no era urgente

Pues bien, la defensa del doctor respecto a esta malfunción era que la prótesis no funcionó adecuadamente por su temporal viabilidad ya que se trata de una prótesis biológica de corta duración en el tiempo o a que, como sostiene su perito en el informe médico: «Existe un porcentaje de enfermos que desarrollan una disfunción precoz o malfuncionamiento de la bioprótesis”.

Este malfuncionamiento se detecta en el momento de producirse y la indicación de tratamiento quirúrgico se realiza cuando aparece un cuadro clínico o, como apunta el informe pericial, se advierte el problema de la disfunción precoz de la bioprótesis de Carpentier Edwards como consecuencia de una endocarditis, calcificación precoz, leaks paravalvulares y pannus excesivo.

La paciente no sufrió complicaciones en el postoperatorio. Antes y después de la intervención se realizaron ecocardiogramas que arrojaron normofuncionalidad de la prótesis, sin que en ninguno de los realizados se apreciara atrapamiento de hilos, y habiendo efectuado la prueba de comprobación de la funcionalidad y correcta implantación de la prótesis en el quirófano con la introducción de suero comprobando su correcto funcionamiento no utilizando espéculo ya que esta técnica, como han manifestado tanto el codemandado como los testigos y peritos, incluido el de la demandante, que han intervenido en esta litis, ya no se utiliza.

Todas estas pruebas indicaron que la técnica y la intervención realizada habían resultado exitosas, lo que determinó que la paciente, tras ser dada de alta, regresara a Argelia donde continuó con el seguimiento de su cardiólogo. Siguiendo con el protocolo postoperatorio, sin síntomas de complicación, acudió a la clínica donde fue intervenida, a la correspondiente revisión quien hace un ecocardiograma un mes después de la intervención, el cual nuevamente arrojó el resultado de «prótesis mitral normofuncionante», resultado coincidente con el que se extrajera de los ecocardiogramas que realiza posteriormente su cardiólogo en Argelia.

La evolución de la paciente se complica con la aparición de arritmias cardiacas y con el hallazgo de un mal funcionamiento de la prótesis, apreciado por su cardiólogo en Argelia. Se realizan nuevos ecocardiogramas transtorácico y transesofágico, de los que se objetivaron elevación del gradiante transvalvular mitral de 9 mmhg, diagnosticándole un posible mismatch (según el informe del perito de la actora, se entiende por mismatch, la incongruencia entre el tamaño de la prótesis elegida y el tamaño del paciente) de la prótesis mitral, y recomendando valorar su recambio por otra prótesis mayor. Tras la recomendación de su cardiólogo decide acudir al doctor demandado para descartar una posible endocarditis, derivándola a otro doctor especializado en esta patología.

El doctor realiza una serie de ecocardiogramas y pruebas que determinan la presencia de una reestenosis mitral con dos velos protésicos con movimiento restringido, uno inmóvil y otro muy restringido, con hipertensión pulmonar de 45mmHg, por lo que recomendó una nueva cirugía.

El doctor manifestó en el juicio que «si se hubiera dejado suelto algún hilo se hubiera detectado inmediatamente en el ecocardiograma. Todas las prótesis biológicas fallan al final, tienen una vida muy corta». La demandante, ante su nueva situación, decide acudir a otro doctor en París, no como sostiene en su demanda por desatención médica, sino porque, como manifestó su madre en el juicio: «Se operó en París, porque ese doctor era el ‘padre’ de las válvulas. Era el mejor».

Se probó, según la sentencia, que la causa de la disfunción de la prótesis se debe a la presencia de pannus que provoca la inmovilización de los velos, por tanto, la cuestión a dilucidar se ciñe a determinar si como sostiene la demandante, la aparición de pannus se ha producido como consecuencia del hilo atrapado, o si por el contrario, esa presencia de pannus no lo ha provocado dicho hilo y obedece a otras causas.

Según reconocida doctrina científica las prótesis valvulares pueden producir disfunciones por diversas causas, así se recogen dos tipos de disfunción protésica valvular: la disfunción protésica intrínseca y la extrínseca.

La disfunción protésica intrínseca, también conocida como fallo estructural primario de la prótesis, se debe al desgaste y rotura del material en las prótesis mecánicas y a la degeneración y calcificación de los velos en las prótesis biológicas. En el momento actual se considera una rareza el fallo estructural primario de una prótesis mecánica.

La disfunción protésica extrínseca se refiere a la disfunción que ocurre por causas ajenas a la propia válvula: fuga peri valvular, tamaño inapropiado de la prótesis en relación al anillo receptor (fenómeno llamado too small to fit), atrapamiento por pannus, anemia hemolítica, trombosis protésica, etc.

La actora sufrió endocarditis, algo frecuente en los implantados de prótesis valvulares, y causa de disfunción de la prótesis. Es una complicación muy grave y de difícil manejo siendo la mortalidad elevada

De tales premisas le resulta obvio al juez que la presencia de pannus es concomitante con la implantación de este tipo de prótesis, al contemplarse por los laboratorios encargados de su elaboración, como posible efecto adverso potencial, lo que nos lleva a la conclusión de que la existencia de pannus en la prótesis extraída, no implica per se, que esta se debiera a la presencia del hilo atrapado, pues su presencia puede obedecer a otras causas (téngase en cuenta que la aparición de pannus como han manifestado todos los peritos, también puede producirse por aparición de infecciones y otras causas), y ello pese a recogerse así en el escueto informe del doctor de la demandante, que se considera insuficiente, y para acreditar su postura, le hubiera bastado a la paciente con aportar documentación acreditativa de no padecer ninguna infección dentro del periodo postoperatorio, o la aportación de otra prueba objetiva de carácter científico, al que no acompaña dato alguno de haberse realizado anatomía patológica que descarte otras causas, habiendo estado en sus manos la posibilidad de haber traído al referido doctor a ratificar su informe, lo cual podría haberlo solicitado incluso por medio de auxilio judicial, cosa que no hizo.

De lo expuesto, no se pudo probar cuál fue la causa que dio lugar al mal funcionamiento de la bioprótesis implantada a la paciente. Uno de los doctores consultados manifestó no estar seguro de cuál fue la causa que propició el mal funcionamiento de la prótesis, barajándose la posibilidad de que se debiera a un fallo estructural de la válvula. En todo caso lo propio hubiera sido haber realizado una anatomía patológica. El pannus suele aparecer en un periodo de tiempo entre un mes y unos años.

En consecuencia, y atendiendo a las pruebas no se puede extraer con absoluta certeza la relación de causalidad pretendida por la demandante que pudiera haber generado la responsabilidad del demandado, lo que conlleva inexorablemente a la desestimación de las acusaciones.

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