Un buen consentimiento informado, una demanda ganada

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Hoy traemos otro caso de cómo un buen consentimiento informado puede ayudar a ganar una demanda a pesar de que se haya dado un mal resultado en la intervención.

Un paciente interpuso una demanda a un médico de Aparato Digestivo que le realizó una colonoscopia como prueba diagnóstica. El demandante fundamentó la reclamación, por un lado, en una falta o defecto del consentimiento informado y, por otro lado, por la supuesta mala praxis del facultativo en cuestión.

En los escritos encontramos a un paciente al que se le realizó una colonoscopia con sedación. Se le facilitó el correspondiente consentimiento informado donde se le explicaba en qué consistía la prueba y cómo se realizaba. También se informaba de las complicaciones que podían derivar de la misma. Dentro de estas complicaciones se encontraba la que dio origen a esta reclamación judicial.

De la colonoscopia se observó la existencia de un pólipo de colon. El facultativo que lo analizó fue testigo perito en el juicio, y declaró que si este tipo de pólipos son de fácil acceso y extirpación han de ser eliminados y analizados, puesto que es el protocolo de actuación.

Al mes de esta primera colonoscopia se informó de manera escrita y oral de la siguiente prueba que le iban a realizar al paciente: una polipectomía con colonoscopia. Además se informó de los posibles riesgos, entre los que se encontraba la perforación de colon y peritonitis. La prueba se realizó sin incidencias. Tras ella se le entregaron al paciente las normas de control posterior y las pautas que debía seguir. Al analizar el pólipo extirpado por Anatomía Patológica, se comprobó que era un pólipo adenomatoso con displasia leve.

A los tres días de esta intervención, el paciente ingresó de urgencia por dolores agudos en el abdomen. Se le diagnosticó perforación del colon con peritonitis. Fue operado colocándole un colon artificial, que al final fue reconstruido.

Ante esos hechos, durante el juicio se discutió si se infringió el derecho del paciente a una información compresible y adecuada para poder tomar una decisión libre. Se vio que el paciente estaba correctamente informado de los posibles riesgos de la intervención, incluyendo dentro de estos riesgos la perforación de colon. El juez comprobó que el paciente estaba debidamente informado y, por tanto, su consentimiento fue libre al ser plenamente consciente de los riesgos que corría.

En lo referido al daño producido, el demandante pidió también ser indemnizado amparándose en la teoría del daño desproporcionado. Este daño es aquel no previsto ni explicable en la esfera de la actuación médico-sanitaria y que, por tanto, el profesional sanitario debe probar si se presenta dentro del ámbito de su actuación profesional o, en cambio, solo se explica en virtud de una actuación negligente. Lo que no puede hacerse, que es lo que pretendía el demandante, es entender que todo el resultado que haya salido mal de una intervención médica tiene origen en la mala praxis del médico.

Dentro de la teoría del daño desproporcionado, con la prueba practicada, se concluyó que la perforación que sufrió el paciente, a los tres días de la intervención, fue una complicación diferida. De esta forma, el juez excluyó la aplicación de la doctrina del daño desproporcionado, teniendo la complicación sufrida por el paciente una explicación dentro del contexto de la realización de la colonoscopia.

Como en todo procedimiento judicial relacionado con la praxis médica, fue fundamental la prueba pericial. En este caso concreto, el perito del paciente, en su informe y posterior ratificación, afirmó que existían alternativas terapéuticas diferentes ante el hallazgo de un pólipo de colon, todo ello sin una base científica que lo respaldara. Es por ello, que el juez terminó considerando de mayor peso la declaración del testigo-perito de la especialidad de Anatomía Patológica, que señaló que era conforme a protocolo la extirpación del pólipo tras visualizarse éste en la primera colonoscopia.

En consecuencia, con todo lo dicho, el juez absolvió al médico especialista y condenó al demandante a las costas del procedimiento.

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